FORMANDO HIJOS FIELES

¿Cómo pueden los padres formar a sus hijos para que sean fieles a las enseñanzas de Dios? ¿Cómo pueden enseñarlos para que sean cristianos? ¿Cómo pueden los padres conocer a sus hijos y formarlos para que amen a Dios? Bien, este es el tema de Phil Sanders para la lección del día de hoy. Estoy seguro que será de ayuda para todos los padres que están interesados en esto.

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            Gracias Mack. Nuestro texto de hoy proviene del libro de Deuteronomio capítulo 6, versículos 4-9:

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (RV1960)

Oremos juntos.

Oh, Señor, estamos agradecidos de que seas nuestro Padre. Te damos gracias por nuestros hijos. Padre celestial, ayúdanos a ser buenos padres, a enseñarles a amarte con todo su corazón, alma, mente y fuerzas. Esto te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.

            El inspirado apóstol Juan escribió en 3 Juan 4: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.” No sabemos si el apóstol Juan tuvo esposa o si llegó a ser padre, pero estos eran sus hijos espirituales. Ya sea espiritual o físico, los padres aman a sus hijos y quieren lo mejor para ellos. Juan se regocijó porque sus hijos espirituales andaban en la verdad. Vivían sus vidas de acuerdo con la verdad revelada por Cristo y Su Santa Palabra. Los padres cristianos quieren saber que sus hijos agradan a Dios. He visto el gozo de Juan en otros padres cuyos hijos fueron fieles y tristemente también, he llorado con padres cuyos hijos se desviaron de la verdad.

            El Señor nos bendijo a Jackie y a mí con cuatro hermosas hijas. Y con el nacimiento de cada una sentimos la plena responsabilidad de la paternidad. Dios nos hizo responsables de alimentar, vestir, educar y proteger a nuestras hijas. Se nos ha encomendado hacernos cargo de ellas física, intelectual, social y espiritualmente. Y, desde la primera vez que las vimos, las amamos como a nuestra propia alma. Teníamos muchas esperanzas y sueños para cada uno de ellas. Queríamos que fueran felices, saludables, inteligentes y exitosas en la vida. Pero, sobre todo, Jackie y yo queríamos que nuestras hijas fueran cristianas fieles que estuvieran bien con Dios. Queríamos que conocieran a Dios y lo apreciaran. Queríamos que respetaran a Dios y le obedecieran. Queríamos que amaran a Dios y le sirvieran.

            Esperábamos que nuestras hijas siguieran los pasos de Jesús. Quizás recuerde el versículo que describe cómo creció Jesús. Lucas 2 y el versículo 52 dice: “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” Bueno, sin duda, también esperábamos que nuestras hijas crecieran así. Queríamos que crecieran en sabiduría y estatura y en favor ante Dios y los hombres. Y oramos para que tomen decisiones sabias en la vida. Que estuvieran sanas, que encontraran amigos y que fueran amigos de Dios.

            Sin embargo, en todos nuestros sueños para nuestras hijas, tratamos de nunca olvidar la palabra de Jesús en Mateo 16 y versículo 26:

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”

            ¿Cómo podemos formar hijos fieles? ¿Cómo ayudarlos a conocer y apreciar a Dios y la Biblia? ¿Cómo ayudarlos a amar a Dios y a servirle?

            (1) En primer lugar, los padres cristianos deben comenzar a formar hijos fieles desde un inicio. Cuando los cristianos se enteran de que tienen un hijo en camino, deben comenzar a orar todos los días por el bienestar del niño y por sabiduría para saber cómo criarlo. Los nuevos padres no reciben al niño con un manual de instrucciones y, además cada niño es diferente. Necesitan la sabiduría de Dios para ayudarles a saber cómo tratar con cada niño de una manera que lo bendiga. La Biblia dice en Santiago 1 y versículo 5:

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

Ahora bien, ésta no es una revelación especial, sino la sabiduría cotidiana que todos necesitamos para vivir nuestras vidas fielmente.

            (2) En segundo lugar, los padres cristianos deben cantar himnos con sus hijos en brazos. Un niño pequeño puede que no comprenda todas las palabras que dicen sus padres, pero sí entiende su tono de voz. Pueden sentir el amor de los padres. Los niños aprenden a amar a Dios de sus padres y la mejor manera de comenzar una nueva vida es cantar himnos de amor a Dios. Si usted quiere que Dios esté en la vida de su pequeño, entonces Él primero debe estar en la vida suya como padre o madre. Algunos de los recuerdos más felices que su hijo jamás tendrá son aquellos preciosos momentos cuando era pequeño cantando himnos de alabanza a Dios.

            (3) En tercer lugar, los padres cristianos deben reunirse regularmente para adorar con la iglesia y asegurarse de que sus hijos estén siempre con ellos. La Biblia dice en el libro de Hebreos capítulo 10, versículos 23-25:

“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

Reunirse regularmente con otros cristianos lo mantiene fuerte espiritualmente. Su hijo será influenciado para bien por maestros fieles y amorosos y por amigos cristianos en la iglesia. Si desea que sus hijos amen al Señor, asegúrese de que se reúnan regularmente con la familia de Dios para adorar y aprender acerca de Dios.

            (4) En cuarto lugar, los padres cristianos deben asumir la tarea primordial de formar espiritualmente a sus hijos. No puede dejar eso en manos de otros. Dios le dio el encargo de instruir espiritualmente a los niños que Él le dio, y nadie tiene una mayor oportunidad o responsabilidad que usted para ayudar a su hijo a llegar al cielo. La Biblia dice a los padres en Efesios 6 y versículo 4:

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”

Ahora, como cabeza espiritual de sus hogares, los padres pueden hacer mucho para influir en sus hijos para que amen y vivan para el Señor. Es trágico que muchos padres estén ausentes cuando sus hijos están creciendo, de esta manera a sus hijos se les niega el conocimiento de tener un padre. Lamentablemente, muchos niños nunca conocen a sus padres porque mueren. Algunos son huérfanos, pero la mayoría de las veces los padres están ausentes por otras razones. En esos casos, las mamás, las madres tienen que hacer todo lo que puedan para ayudar a sus hijos a conocer al Señor.

            Las madres pueden hacer mucho para llevar a sus hijos al Señor. Recuerde que Timoteo se convirtió en el hombre cristiano que fue, gracias a las mujeres en su vida. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo en 2 Timoteo 1 versículo 5:

“Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.”

Verá, según Hechos 16 y versículo 3, el padre de Timoteo era griego. Ahora, correspondía a su madre y a su abuela enseñarle acerca de Dios; y la fe de ella se convirtió en la fe de Timoteo. Madres, si no tienen un esposo que las ayude, o si su esposo no comparte su fe, no dejen que eso les impida hacer todo lo posible para criar a sus hijos en la disciplina y la instrucción del Señor.               

   (5) En quinto lugar, los padres cristianos deben hacer a la Palabra de Dios parte de su vida diaria. Deuteronomio 6:4-9 revela una clave poderosa para formar hijos fieles. Dios dijo a través de Moisés:

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”

Ahora, según Deuteronomio 6, versículo 24 y 10 versículo 13, Dios nos dio la Biblia para nuestro bien. Cuando las palabras de Dios, las palabras de la Biblia, viven en nuestros corazones, nos ayudan de muchas maneras a crecer en la fe, a tomar decisiones correctas y a evitar los obstáculos morales de la vida. Según Romanos 10 y versículo 17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Nada, y repito, nada es más importante para el desarrollo espiritual de sus hijos que el conocimiento de Dios y Su palabra, la Biblia. La Palabra de Dios nutrirá a sus hijos con la verdad de que necesitan vivir una vida fiel. Les enseñará qué evitar y cómo evitarlo. Mantendrá sus corazones tiernos en dirección a Dios y moldeará sus conciencias para bien.

            La Palabra de Dios nos enseña cómo tratar a nuestro prójimo, cómo amar a nuestros enemigos, cómo perdonar las ofensas que sufrimos. La Palabra de Dios dirige a las personas hacia la abnegación en lugar del egoísmo, hacia la ética del trabajo en lugar de la pereza, hacia la responsabilidad en lugar de culpar a los demás, hacia la sinceridad en lugar de la hipocresía, hacia el amor en lugar de la apatía, hacia la bondad en lugar de pasarse al otro lado de la banqueta, y hacia la verdad en lugar del error. La Palabra de Dios enseña a las personas que somos creados a imagen de Dios, no producto de accidentes aleatorios. La Palabra de Dios nos explica de dónde vienen los humanos, por qué estamos aquí y adónde iremos después de morir. La fe en Dios da a nuestras vidas identidad, significado y propósito. No puede darle a su hijo nada más valioso que el conocimiento de Dios en la Biblia.

            Me estremezco al pensar cuán vacías y cuán tristes serían nuestras vidas sin Dios y Su Palabra. Los que tratan de expulsar a Dios y a la Biblia de nuestra sociedad son en realidad enemigos de sus hijos. Están privando a sus hijos de la bendición de su herencia cristiana. Cuando Israel rechazó a Dios y se volvió a los ídolos, Dios les envió profetas para traerlos de regreso. Uno de esos profetas fue Oseas, y Dios dijo a través de él en Oseas 4 versículo 6:

“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento [esto es, el conocimiento de Dios], yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.”

            Padres, la forma más segura de formar hijos fieles es mantenerlos leyendo y estudiando la Palabra de Dios, desde el principio hasta el final; y la manera más segura de destruir la esperanza de sus hijos de una vida mejor es rechazar la Palabra de Dios. Dondequiera que se lee y respete la Biblia, la gente se vuelve mejor y más sabia. Dondequiera que se ignora la Biblia, la vida se vuelve mala y sin sentido. Se vuelve mezquina, egoísta e inmoral. Cuanto más se alejan las personas de Dios, cuanto más se alejan, más feos se vuelven unos con otros. Cuando la gente se aleja de Dios, la vida no tiene valor y la gente comienza a abusar de los ancianos y de los niños. No quiero un mundo espiritualmente oscuro sin Dios para mis hijos. Quiero que anden en la luz y el amor de Dios.

            (6) En sexto lugar, los padres cristianos deben enseñarles a sus hijos el respeto y reverencia. Los niños respetuosos aprenden a obedecer y, con el tiempo, a disciplinarse. Los niños que no respetan a sus padres ni a Dios encuentran sus vidas llenas de angustias y fracasos. Los padres también encuentran sus vidas llenas de dolor por causa de sus hijos. Los padres deben establecer una autoridad amorosa sobre sus hijos desde una edad temprana. Si lo hacen, encontrarán a sus hijos felices y seguros. Pero si los padres no se ganan el respeto de sus hijos a una edad temprana, tendrán una batalla con ellos durante años; y nadie será feliz. Proverbios 29 y versículo 15 dice:

“La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.”

La Biblia dice en Isaías 33 versículos 5-6:

“Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia. Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro.”

            Cuando los niños aprenden a respetar y reverenciar a Dios, descubren que la vida es estable y abundante. Jesús vino para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Nada es más crucial que saber que somos responsables ante Dios por las vidas que vivimos.

            (7) Los padres cristianos deben amar y bendecir a sus hijos. Los niños pequeños a menudo llegan a comprender a su Padre celestial a través de la relación con sus padres terrenales. Si los hijos tienen la seguridad del amor de sus padres, aprenderán a confiar en el amor del Padre celestial. Los niños que nunca se sienten valorados por sus padres les resultará difícil sentirse valorados por Dios. Los niños que nunca encuentran el perdón de sus padres les resulta más difícil creer que Dios puede perdonarlos. Los niños que tienen padres que los rechazan a menudo piensan que Dios podría rechazarlos a ellos también. Los niños pueden llegar a conclusiones equivocadas acerca de Dios cuando sus padres no los aman como deberían. He conocido a algunos niños que tuvieron que esperar hasta la edad adulta y se fueron de casa antes de comprender cuánto los ama Dios.

            Cuando su hijo alcance la edad en la que sepa distinguir entre el bien y el mal, debe guiarlo al Señor. Ayúdelos a comprender la voluntad de Dios para sus vidas. Dios nos salva y no podemos ganarnos nuestra salvación; pero Dios nos da condiciones para la salvación. Dios espera que lo amemos y confiemos en Él. Y en verdad somos salvos por Su gracia mediante la fe (Efesios 2 y versículo 8). Y esa fe y ese amor nos lleva a alejarnos del pecado en arrepentimiento y a confesar a Cristo como Señor. De esa manera, el que ama a Dios querrá ser bautizado y que sus pecados sean lavados. Y oro para que eso sea su deseo y el de sus hijos. Oremos

Señor, te pedimos que ayudes a todo padre a actuar con sabiduría y que lleven sus hijos a seguirte y a amarte todos los días de su vida. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

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            Gracias, gracias, hermano Phil por hacerles notar a los padres jóvenes algunas cosas que ellos pueden hacer para criar a sus hijos en la disciplina y en la amonestación del Señor. Ustedes saben, que entre más viejos nos hacemos, más amamos a nuestros hijos. Y nos preocupamos del futuro y destino eterno de nuestros hijos y nietos, e incluso de nuestros bisnietos. Phil, nos has ayudado a todos nosotros y te agradecemos.            

    Los amamos.

Phil SandersIn Search of the Lord´s Way – Octubre de 2009

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